La soledad cuando llega a ti y te toca la puerta, te provoca una profunda confusión de sentimientos, puedes amarla u odiarla; abrazarla o huir de ella; te deprimes o te alegras; te conforta o te hace sentir vacía. Esta es mi historia de cómo logre atravesar la soledad
Estando en Venezuela siempre me sentí sola pese a estar rodeada de muchas personas, seres queridos e incluso de compañeros de trabajo con los que compartía el mayor tiempo del día. Y aunque sabía que ese sentimiento de vacío era señal de que la soledad estaba tocando mi puerta, yo buscaba la forma de estar siempre ocupada con el trabajo o de estar rodeada de amistades con el fin de hacerme la sorda y la loca para no abrirle a ella que seguramente traería para mi momentos de tristeza y amargura.
¿Has tenido en algún momento de tu vida que atravesar la soledad?
Seguramente si te has sentido sola o solo, porque a todos nos pasa lo mismo. Nos mudamos a otra ciudad o país donde no conocemos a nadie; porque tu pareja te abandonó; porque te das cuenta que has perdido a tus amigos por estar ocupada trabajando; porque siempre cultivaste grupos pequeños de amistades y ahora no están para ti…
No se cual sea tu caso, lo que si se es que en momentos como esos es cuando la soledad llega de visita y comienzas con una resistencia tonta de no dejarla entrar. Te cuento que la soledad no es buena ni mala, yo diría que tiene de las dos. Hay quienes se adaptan a ella rápidamente y llega a tener una relación de amor y odio; es como cuando disfrutas de estar sola pero por ratitos porque luego deseas profundamente estar acompañada. Pero hay otro grupo de personas que definitivamente no soportan estar solas y verdaderamente sufren cuando lo están.
Yo era de ese último grupo, odiaba estar sola y hoy se perfectamente que era porque no sabía como hacerlo. Esta intolerancia a la soledad me llevó a trabajar por casi dos décadas de lunes a lunes, sin descanso – de hecho nunca pedí vacaciones- . Otras personas también intolerantes a la soledad buscan constantemente una pareja, amigos, convirtiéndose en dependencia emocional. Que es cuando mi estado de ánimo depende de si estoy trabajando o no, de si estoy con pareja o no, de si tengo amigos o no… En consecuencia no era feliz porque siempre dependía de los demás para no sentirme sola.
¿Cómo superar el sufrimiento de la soledad?
Al llegar al Ecuador enfrente mi peor miedo, estar completamente sola. Recuerdo que muchas noches llore desconsoladamente en el sofá donde me tocó dormir mis primeros meses en ese país. Hasta que un día entendí que tenía que dejar ver a la soledad como algo negativo o castigo divino; y comenzarla a ver como un regalo de la vida, como una oportunidad para crecer y conocerme a profundidad; para amarme y respetarme; para organizar mi tiempo sin depender de nadie; para usar mi tiempo libre en cosas productivas como aprender nuevas habilidades o simplemente para deleitarme leyendo un libro que me inspire a ser mejor.
Si tu sientes deprimido o triste porque crees que esta solo, déjame decirte que lo mejor que puedes hacer es abrir esas puertas para que entre la soledad a tu vida. Todos necesitamos en algunos momentos de nuestra vida estar solos, eso nos ayuda a tener el tiempo para consentirnos y dedicarnos durante horas para hablar con uno mismo sin interferencias.
¿Sabes lo que descubrí al estar sola? Que me gusta lo que vi dentro de mi, que me amo inmensamente, que me respeto, me valoro, que soy feliz muy feliz en este momento de mi vida. Si a ti te pasa lo contrario, te cuesta tolerar la soledad es porque no te soportas a ti mismo, y eso no está mal, lo que si debes revisar que es lo que hay dentro de ti, porque evidentemente lo rechazas.
Lo correcto es que todos aprendamos a vivir solos, es una etapa de nuestra vida para reencontrarnos y dar orientación acertada al propósito que nos ocupa. La soledad es una visita, no es para siempre así que aprovéchala, disfrútala al máximo, aprende de ella… Ya veras que grandes cosas vendrán a tu vida para seguir haciéndote feliz. Irama Gil